jueves, 30 de octubre de 2014

Visita nocturna a la Biblioteca Pública de Zamora

Parte de los asistentes escuchando a la directora.
Este 24 de octubre se celebró, tal y como os ha contado mi compañera María, el Día de la Biblioteca, con múltiples actividades en numerosas bibliotecas de España, y la biblioteca de Zamora no podía ser menos, por lo que se organizaron varios eventos, entre ellos una visita nocturna llena de sorpresas. Este evento contó con una multitudinaria asistencia, de zamoranos de las más diversas edades y condiciones, y fue, indudablemente satisfactorio.Porque hay muchas cosas que no se saben de la biblioteca, muchos lugares que hay que descubrir y un gran tesoro cultural encerrado entre los muros del edificio.

El "Willy Wonka" de la noche.
La visita comenzó en el Hall de recepción, a las nueve y cuarto de la noche, donde la directora de la Biblioteca, Concepción González, se encargó de explicar algunos datos históricos fundamentales sobre cómo nació y evolucionó este lugar, que ya es más que un lugar para muchas personas. Fue breve y concisa, e inmediatamente comenzó el ameno recorrido por las instalaciones. Comenzó allí mismo, para los más pequeños, bastante numerosos, quienes disfrutaron de la visita de una manera muy especial, pues fue una recreación de la historia de Willy Wonka, con un billete dorado que buscar en el mostrador y con un divertido Willy Wonka que se encargó de que ninguno se aburriera durante esta noche tan especial.
Desplegables expuestos.

Lectura de un cuento.
El primer lugar visitado fue el área infantil, el área donde adultos y niños se sentaron en colchonetas y sillitas pequeñas, y todos tuvieron que abrir los oídos y el corazón de nuevo, para escuchar un ameno cuento en boca de los bibliotecarios encargados de esta zona, como suelen hacer los más pequeños usuarios de la Biblioteca. También se habló de la existencia de la mediateca, una parte de esta zona dedicada especialmente a los jóvenes y adolescentes.

La fonoteca de la Biblioteca Pública
Periódico de 1939
Asistentes en los archivos de la hemeroteca
Después, subimos arriba, a la fonoteca y filmoteca. Mientras caminábamos por los pasillos, un grupo de saxofonistas animaban la visita con su música. Los encargados habituales de este área explicaron, con brevedad y eficacia, los distintos géneros que podemos encontrar en esta zona dedicada a las artes del cine y de la música. En la misma planta se encuentra también la hemeroteca, donde se pueden consultar periódicos y revistas de todo tipo, además de utilizar Internet. Tras unas palabras de la encargada, los visistantes pudieron echar un vistazo a gruesos libros que albergaban distintos periódicos de distintas épocas, la memoria de la historia reciente. Pero el verdadero hogar de esta memoria, normalmente oculto y frío, para favorecer la conservación del papel intacto, está en los archivos, que se abrieron el público por una vez, y en los que se hallan periódicos de 1914 y revistas del siglo XIX. No es el de la hemeroteca el único de los depósitos - sí fue el único visitado - pues hay un total de seis, que contienen todo tipo de material.
Pasillo del área de libros de adultos

La siguiente área visitada fue la segunda planta, donde se encuentran los libros en general, la novela, los ensayos de todo tipo, escritos científicos... Es una sala enorme, amplia, llena de literatura y cultura, donde uno de los bibliotecarios explicó la organización y el material de allí. Allí, el poeta zamorano Julio Marinas nos leyó personalmente uno de sus poemas, Natura, un precioso y conmovedor canto a la naturaleza.

Uno de los libros mostrados
siendo manipulado con guantes.
En la misma planta, en una sala bien separada, se encuentra el último lugar que fue visitado. Es la sala de estudio, nada espectacular, podrá pensar algunos. Pero lo fue, el plato fuerte de la visita, el lugar elegido para exponer libros tan antiguos que no todo el mundo puede tocar, solo los especialistas, con unos guantes apropiados para ello, para no dejar huellas en el testimonio de la historia. Libros editados hace varios siglos, llenos de ilustraciones espectaculares, que en sus páginas no solo contenían Historia, sino también historias, las de todas las personas por cuyas manos pasaron hasta acabar en la Biblioteca. También se mostró el facsímil de un libro incunable, cuyo original tiene un valor incalculable.
Ágape final.

Para terminar, y tras aplaudir a la banda que tan amablemente había dotado de música a la visita, los asistentes pudieron disfrutar de un vino y unas pastas y chocolates en el Hall, y se sortearon tres lotes de libros compuestos cada uno por un facsímil del incunable "Los doce trabajos de Hércules" y de un grueso ejemplar sobre la historia del mundo editorial.

Fue, sin lugar a dudas, una enriquecedora e inolvidable velada, disfrutada a partes iguales por niños y mayores, y que dejó a todos los asistentes con un delicioso sabor de boca.

Carmen - Ecos Enred@dos

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