domingo, 16 de marzo de 2014

EXCURSION DE CIENCIAS 4º ESO

Los alumnos de ciencias, acompañados por los profesores Javier y Jorge Andrés hemos podido ver la fábrica de Pascual. Salimos de Zamora a las ocho de la mañana del 14 de marzo, con sueño y bastante tranquilos. A medida que transcurrían las dos horas de autobús que nos quedaban hasta Aranda de Duero el ambiente iba despertándose hasta culminar en canciones y charlas animando así el autobús.






Al llegar a Aranda sobre las diez de la mañana el bus nos condujo hasta la fábrica, no sin antes pararnos para asegurarse de qué íbamos por buen camino. Una vez en la fábrica nos recibió el guardia de seguridad y nos condujo a la entrada para visitantes. Allí pudimos comprobar una estructura muy cuidada y elegante con la que Pascual ya se había ganado nuestra atención. Había estantes con productos de la compañía, cuadros de los diversos procesos, una maqueta de la fábrica y un cuadro en relieve de los primeros tiempos de la fábrica Pascual acompañado por un libro antiguo.

Tras varios minutos, la encargada de guiarnos por la fábrica, muy simpática y atenta, nos condujo a una sala para que viéramos un vídeo sobre la compañía. En el tramo de la recepción a la sala mencionada comprobamos que la recepción estaba rodeada por pequeñas fuentes de agua.

Ya en la sala y tras ver el vídeo, que nos dio ganas de entrar a la fábrica cuanto antes, la guía nos dio batas y gorros para que nos los pusiésemos. Todos nos encontrábamos raros y las batas a muchos nos quedaban grandes. Tras esto, nos proporcionaron unos auriculares sin cables para que pudiésemos escucharla bien durante toda la visita. No podemos decir que fueran cómodos precisamente, pero sí útiles. Una vez explicado todo lo necesario para poder entrar, nos condujo a la salida del lugar de visitas.

El tramo hasta el ascensor que nos llevaría al interior no fue muy agradable para nuestro olfato ya que pasamos por delante de la depuradora y solo cabe decir que muchos iban con la nariz tapada en el tramo más cercano a la depuradora. Al llegar al ascensor tuvimos que subir algunos y esperar dentro de la fábrica a los que se habían quedado abajo por falta de espacio en el ascensor. Mientras esperábamos, pudimos observar cómo trabajaban en la sala de envasar leche. Cuando llegó la guía con el resto empezó por fin la visita. Nos explicó, siempre atenta a las dudas qué pudiésemos tener, los procesos de envasamiento y los productos de cada sala. Durante dos horas recorrimos varias salas, la mayoría de productos envasándose, vimos de lejos uno de los laboratorios y uno de los tres almacenes, el cual pudimos ver por dentro y nos dejó sorprendidos por sus enormes dimensiones; lástima que no se pudiesen hacer fotos.

La visita finalizó cuando llegamos a la sala de carga de camiones de distribución. La visita había resultado interesante y Pascual se había mostrado muy cercana con nosotros. Entramos en el autobús con la bata y el gorro de recuerdo y con un pack de productos de la compañía; zumo, Vive soy, yogures, un batido, un Yosport y un Bifrutas junto con una botella de agua Bezoya.

Nos fuimos contentos de haber visitado la fábrica en la que habíamos comprobado cómo los trabajos se alternaban entre humanos y máquinas automatizadas.


El autobús puso rumbo a  Aranda y, tras entrar en la ciudad y volver a salir, pasar de nuevo por Pascual y volver a Aranda pudimos bajarnos del autobús con la sensación de que nos habíamos, por un breve momento, perdido, escuchamos las indicaciones de los profesores y nos dispersamos por el casco antiguo. Unos se pusieron a comer inmediatamente pero otros resistimos el hambre y decidimos aprovechar para visitar las tiendas, que estaban abiertas. No había ninguna tienda de recuerdos de Aranda, por lo que algunos volvimos a Zamora con las manos vacías. La mayoría, tras comer y dar una vuelta por el lugar hasta aprendérnoslo de memoria y despistarnos alguna que otra vez, nos sentamos a tomar algo en alguna terraza gracias al buen tiempo que tuvimos la suerte de disfrutar. Algunas tuvimos la sorpresa de encontrarnos con una pequeña estatua en honor a Pío Baroja, autor de Zalacaín, libro qué actualmente estamos leyendo en clase de Lengua y Literatura.

A las cuatro y media, y tras divertirnos, nos encontramos todos en las puertas de la iglesia de Santa María la Real, una edificación religiosa preciosa con gran cantidad de detalles arquitectónicos.

A partir de allí fuimos hasta otra iglesia, cantando tanto himnos futbolísticos los chicos como alguna de las canciones del colegio los demás, y luego fuimos al río para ver patos y pavos reales pasando por lo qué parecían ser ocas. Nos sentamos en un merendero y ante la hora tan temprana que era como para volver a casa, los profesores decidieron que podíamos parar en Peñafiel para visitar el Castillo de dicho pueblo.




Tras un pequeño viaje que se nos hizo largo llegamos a Peñafiel, donde tuvimos una hora de tiempo libre. La mayoría subieron al Castillo y tres del grupo recorrimos el pueblo con uno de los profesores, Jorge Andrés, y pudimos visitar la antigua y peculiar plaza de toros que era una parte más del pueblo y en la que podía verse la antigüedad de los edificios qué formaban la plaza. Tras esto volvimos al punto de encuentro no sin antes ver un montón de referencias a Don Juan Manuel, autor de El Conde Lucanor.

Antes de subir al autobús ya de vuelta a Zamora tomamos algo y ya volvimos al bus, donde el resto del viaje trascurrió igual de animado que el viaje de ida.


Una vez en Zamora, todos volvimos a nuestras casas agotados pero encantados con la excursión. Agradecidos con los profesores responsables de la excursión y con la compañía Pascual, que fue muy atenta con nosotros. Podemos resumir el día con una frase: no nos arrepentimos de haber ido.

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